Tulsa 1921: un mitin de Trump refresca
la memoria sobre la peor masacre racista
de la historia de EEUU. Trump elige
Tulsa para el primer mitin tras el
surgimiento de la pandemia y del
asesinato de George Floyd; 300 personas
fueron asesinadas con la complicidad de
la policía en 1921 | 2020-06-20 (1/3) - Pujat per WEBMASTER (Catalansalmon) - Comparteix
https://www.eldiario.es/theguardian/Trum
p-celebrara-Tulsa-indemnizacion-victimas
_0_1039746719.html
La decisión de Donald Trump de celebrar
un acto de campaña en un estadio
deportivo en Tulsa, Oklahoma, ha hecho
aflorar la memoria sobre el que está
considerado como el incidente más grave
de violencia racista contra la población
afroamericana desde la guerra civil
norteamericana, en el que murieron
alrededor de 300 personas. La visita de
Trump ha servido para volver a impulsar
un movimiento que reclama que se haga
justicia y que se establezcan
compensaciones económicas para los
descendientes de las víctimas,
residentes de una próspera zona de la
ciudad conocida como el 'Black Wall
Street' (Wall Street Negro).
Los hechos tuvieron lugar a tan solo
unas diez calles del lugar elegido por
el presidente de Estados Unidos para
dirigirse a sus seguidores este sábado.
El mitin de Trump alimenta el riesgo de
agravar las tensiones raciales en un
contexto en el que la gran mayoría de
manifestaciones que se han celebrado
para protestar por la muerte de George
Floyd mientras estaba bajo custodia
policial han sido pacíficas.
"La visita está movilizando a la
comunidad", señala Damario
Solomon-Simmons, un abogado defensor de
los derechos civiles que representa al
último superviviente conocido de la
masacre que vive en Tulsa. "Todos
estamos muy preocupados por la visita de
Trump ya que genera violencia y
hostilidad entre sus partidarios, pero
por otro lado ha permitido que la
masacre vuelva a estar en el punto de
mira".
La masacre de Tulsa tuvo lugar durante
las horas que transcurrieron entre la
noche del 31 de mayo y el 1 de junio de
1921. El detonante del ataque fue un
llamamiento a linchar a un hombre negro
al que, sin pruebas sólidas, se acusó de
haber agredido sexualmente a una mujer
blanca.
Un furgón transporta a soldados y
ciudadanos negros heridos durante la
masacre de Tulsa (Oklahoma) el 1 de
junio de 192
Un furgón transporta a soldados y
ciudadanos negros heridos durante la
masacre de Tulsa (Oklahoma) el 1 de
junio de 192 LIBRARY OF CONGRESS
Si se analizan los hechos desde un
contexto mucho más amplio, en los años
20 del siglo pasado, el barrio de
Greenwood se había convertido en una de
las comunidades negras más dinámicas del
país, y era la sede de muchos negocios
prósperos, de ahí su apodo de 'Black
Wall Street'. La ciudad estaba muy
segregada, lo que provocó que los
empresarios afroamericanos se vieran
obligados a idear un sistema de mercado
cerrado en el que los propios
comerciantes negros, a menudo atendidos
por proveedores negros, vendían a
consumidores negros.
Pero las asignaciones de tierras en años
posteriores a la Guerra Civil a miembros
de la comunidad negra y a nativos
americanos ayudaron a que la economía de
los afroamericanos cogiera fuerza en
Oklahoma, y especialmente en el distrito
de Greenwood dando lugar al mito blanco
de la mediocridad negra.
Estos éxitos tanto económicos como
empresariales de los afroamericanos
hicieron que aumentara el miedo y los
celos de la comunidad blanca, por lo que
los intereses corporativos y
ferroviarios hicieron de las tierras de
Greenwood un valor muy codiciado. El Ku
Klux Klan también se hizo presente y los
medios avivaron las llamas de esta
discordia racial.
En la noche del 31 de julio, con la
complicidad e incluso la ayuda de las
autoridades y los policías locales, una
multitud formada por blancos se congregó
en Greenwood y desató la violencia
contra sus residentes afroamericanos. Se
incendiaron casas desde el suelo y desde
el aire, con aviones privados que
lanzaban artefactos explosivos. Cuando
tras horas de violencia volvió la calma,
35 manzanas del distrito habían sido
arrasadas. Es posible que nunca se
conozca el número exacto de personas
negras que murieron –la búsqueda de
posibles fosas comunes se ha retrasado
debido a la pandemia– pero se cree que
fueron al menos 300.
Peticiones de reparación
A medida que se acerca la visita de
Trump, también se intensifica un
movimiento que pide a la ciudad de Tulsa
y al estado de Oklahoma que indemnicen a
los supervivientes de la masacre y a sus
descendientes. También exigen una
compensación para la comunidad de
Greenwood, lugar donde sucedió la
matanza, y para sus actuales
instituciones, incluyendo escuelas,
negocios e iglesias.
Por otra parte, se están considerando
una serie de medidas legislativas y de
propuestas legales, entre ellas una
iniciativa para que el Congreso
establezca que las peticiones de
indemnización no prescriban. "En este
momento se están sopesando todas las
opciones, legales y de cualquier otro
tipo", señala Solomon-Simmons.
Human Rights Watch también ha
contribuido a volver a poner esta
cuestión en el foco de la actualidad ya
que la organización activista está
apoyando la campaña con su gran
capacidad de influencia. La organización
ha publicado un informe en el que
subraya que este acto de reparación es
una cuestión de derechos humanos
internacionales.
Quienes defienden la necesidad de un
acto de reparación explican que el
linchamiento masivo de 1921 fue sólo el
comienzo de una trágica historia de
socavamiento consciente de la comunidad
negra. Durante el siglo pasado, los
esfuerzos para reconstruir Greenwood
para que volviera a ser un área prospera
para los negocios de la comunidad
afroamericana se han visto frustrados
repetidamente por una combinación de
leyes de zonificación, restricciones de
construcción y diferentes actuaciones de
tipo urbanístico; medidas que los
lugareños consideran una campaña de
"eliminación de los negros".
Tulsa, en Oklahoma, la mañana siguiente
a la noche de violencia contra la
población negra ocurrida en 1921
Tulsa, en Oklahoma, la mañana siguiente
a la noche de violencia contra la
población negra ocurrida en 1921
WIKIMEDIA COMMONS
La construcción de varias carreteras
hizo que el barrio se fragmentara y dio
lugar a zonas inconexas y poco
funcionales. Como resultado de todo
ello, la ciudad de Tulsa lidia en este
momento con el problema de una gran
brecha racial. El informe de Human
Rights Watch estima que la tasa de
pobreza de los habitantes negros es casi
tres veces mayor que la de los blancos y
la tasa de desempleo es más del doble.
Por otra parte, la esperanza de vida de
los negros es de 11 años menos que la de
los blancos; los ciudadanos negros viven
en promedio unos 70 años y los lugareños
blancos, 81.
Una "masacre continua"
Los partidarios del movimiento creen que
esas profundas disparidades son
fundamentales para justificar las
reparaciones. Solomon-Simmons califica
las secuelas de la violencia de 1921
como una "masacre continua".
En este sentido, explica que cree "que
la gente está empezando a entender que
Tulsa como ciudad y Estados Unidos como
país no pueden seguir avanzando hasta
que podamos analizar con honestidad no
sólo la masacre de 1921, sino también
cómo han ido las cosas en los últimos
100 años". La opresión no terminó en
1921, continuó durante los casi cien
años que han pasado desde entonces".
Lessie Benningfield Randle, cliente de
Solomon-Simmons, es una de los dos
únicos supervivientes conocidos de la
masacre y la única que sigue en Tulsa.
Tenía cinco o seis años cuando se
produjo el linchamiento masivo, y
recuerda haber oído los disparos y
también cómo unos hombres blancos
llegaron a casa de su abuela y le
prendieron fuego. Tuvo que irse de la
ciudad y se refugió en las afueras.
Recuerda que mientras salía del centro
de Tulsa se iba encontrando cadáveres en
la calle.
Parte de la ciudad de Tulsa (Oklahoma)
arrasada por las llamas tras la noche de
violencia racial de 1921
Parte de la ciudad de Tulsa (Oklahoma)
arrasada por las llamas tras la noche de
violencia racial de 1921 LIBRARY OF
CONGRESS
Según explica su abogado, la mujer
reclama una pensión en concepto de
indemnización por lo sucedido; de hecho,
no la pide para ella, que ahora tiene
105 años, sino para sus descendientes.
"Ya no pudieron volver a levantarse,
nunca pudieron recuperarse de aquello",
lamenta Solomon-Simmons.
Nadie ha rendido cuentas por la masacre
de 1921. Una comisión creada en 2001
para investigar la masacre recomendó que
los supervivientes y sus descendientes
fueran indemnizados, pero la ciudad
ignoró esta recomendación.
Dos años después, un equipo de
destacados abogados de derechos civiles
demandó al ayuntamiento, al departamento
de policía y al estado, exigiendo una
restitución. Pero la demanda fue
desestimada en los tribunales y el
Tribunal Supremo de Estados Unidos no
quiso pronunciarse sobre esta
cuestión.
Los activistas que exigen una
indemnización para las víctimas y que
cuentan con el apoyo de Human Rights
Watch quieren que además se invierta en
servicios de salud, educación y
desarrollo económico en las comunidades
negras del norte de Tulsa, un área muy
degradada. También reclaman que se
levante un monumento que conmemore la
masacre con motivo de su centenario el
año que viene. | | Trump prepara un acto masivo en Oklahoma
en plena pandemia y exige que no le
demanden si alguien contrae el virus en
su mitin | 2020-06-13 (2/3) - Pujat per WEBMASTER (Catalansalmon) - Comparteix
https://www.lavanguardia.com/internacion
al/20200613/481732228547/trump-exige-que
-no-se-le-denuncie-si-alguien-contrae-el
-virus-en-su-mitin.html
Están avisados: si alguno de los
asistentes al próximo mitin de Donald
Trump en Tulsa (Oklahoma) contrae el
coronavirus no podrá pedirle cuentas.
Los participantes “asumen
voluntariamente todos los riesgos
relacionados con la exposición a la
Covid-19 y están de acuerdo en no
responsabilizar de cualquier enfermedad
o daño” a la campaña de reelección del
presidente o las empresas afiliadas,
trabajadores o voluntarios del acto,
consta en las entradas que los
simpatizantes de Trump deben solicitar
de forma gratuita por internet para
poder asistir al mitin, el primero desde
el comienzo de la pandemia del
coronavirus.
La fecha y el lugar del acto –Tulsa,
escenario de un gran linchamiento en
1921– indigna a los vecinos negros
“La prueba definitiva de la lealtad”,
ironizó David Axelrod, exjefe de campaña
de Barack Obama y profesor de la
universidad de Chicago. Son acuerdos de
exoneración similares a los que los
republicanos están intentando impulsar
en el Congreso para animar a los
negocios a reabrir y retomar la
actividad. La pandemia, sin embargo,
sigue sin estar controlada a nivel
nacional. Casi la mitad de los estados
están registrando alzas en las cifras de
nuevos contagios. En Oklahoma han sido
bajos y están estancados, pero, con
menos de una décima parte de la
población de España, en la última semana
se han registrado una media de 103
nuevos casos diarios y en la vecina
Arizona (siete millones de habitantes)
se ha pasado de 387 al día hace 15 días
a 1.197.
La exposición a la Covid es un “riesgo
inherente” en cualquier lugar donde hay
gente presente, recuerda la campaña del
presidente. Y Trump, impaciente por
volver a encontrarse con su público y
tratar de hacer remontar sus índices de
popularidad, quiere ver mucha, mucha
gente. El estadio elegido para su primer
mitin dese el comienzo de la pandemia
tiene capacidad para 19.000 personas.
El espacio estaba libre ya que hace dos
meses se cancelaron todos los actos y
conciertos. No está claro si se
adoptarán medidas de distancia social o
si se animará a los participantes a
llevar mascarilla. Que el gobernador de
Oklahoma sea republicano también ha
ayudado, al igual que ha ocurrido con
los planes de Trump para la convención
del partido en agosto, trasladada
parcialmente de Carolina del Norte a
Florida para esquivar las restricciones
adoptadas por la pandemia.
“Aunque él puede haberse olvidado de la
Covid-19, la Covid-19 no se ha olvidado
de nosotros. En más de 20 estados, el
nivel de nuevas infecciones sigue
subiendo”, replicó su rival demócrata,
Joe Biden, que sigue sin celebrar
mítines. Sin embargo, después de ver
manifestaciones masivas contra el
racismo en todo el país en plena
pandemia, las reacciones a la decisión
del presidente de retomar sus
multitudinarios actos de campaña no han
sido especialmente acaloradas.
Peor ha caído, en cambio, su elección
del día y el lugar para hacerlo: Tulsa,
la ciudad donde hace 99 años hordas de
blancos asesinaron a decenas de netros y
el 19 de junio, la fecha en que los
afroamericanos en especial celebran el
Juneteenth o Día de la Libertad. Fue el
19 de junio de 1865, dos años después de
la Guerra de Secesión, cuando el
ejército de la Unión llegó a Galveston
(Texas) y anunció a los esclavos que
eran libres (en los estados sureños,
incluso terminada la contienda, las
autoridades locales tardaron en aplicar
la proclamación de la emancipación
firmada por Abraham Lincoln en 1863). En
reconocimiento a la importancia de la
fecha para la comunidad afroamericana,
algunas empresas han comenzado a
declararlo festivo.
Varios líderes políticos de Tulsa y su
comunidad afroamericana reclamaron al
presidente que, al menos, reconsidere la
fecha de su mitin. Aunque inicialmente
se negó, anoche Trump anunció a través
de Twitter que por “respeto” hacia la
celebración aplazará su mitin un día, al
sábado 29 de junio. “Muchos amigos y
simpatizantes afroamericanos me habían
contactado para sugerirme que cambiara
la fecha”, alegó.
“Elegir esa fecha para venir a Tulsa es
una falta de respeto y una bofetada en
la cara”, le había espetado Sherry
Gamble Smith, presidenta de la cámara de
comercio Black Wall, nombrada en
homenaje a la próspera comunidad
afroamericana destruida por los ataques
de racistas blancos entre el 31 de mayo
y el 1 de junio de 1921.Según los
registros de la época, en los
linchamientos fallecieron una treintena
de personas, negras y blancas, pero
estimaciones recientes elevan la cifra
hasta entre 200 y 300.
“Esto no es sólo un guiño a los
supremacistas blancos, lo que está
haciendo es organizarles una fiesta de
bienvenida”, sostuvo la senadora
demócrata negra Kamala Harris, candidata
a vicepresidenta de Biden. “Somos el
partido de Lincoln y estamos orgullosos
de la historia del Juneteenth ”, ha
respondido Katrina Pierson, asesora de
la campaña de Trump, que evocó las
históricamente bajas cifras de desempleo
entre los negros (antes de la pandemia)
y las reformas de la justicia penal como
muestras de su apoyo a este grupo.
Enfrentando a las mayores protestas
raciales en medio siglo, Trump, sin
embargo, ha sido incapaz de dirigirse a
la nación y abordar el tema con un
discurso de unidad. La carretera le
espera. | | |
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