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| El gobierno de Polonia quiere reescribir
la historia y su ejemplo puede
extenderse | 2019-09-18 (1/3) - Pujat per WEBMASTER (Catalansalmon) - Comparteix
A treinta años del fin del comunismo,
otra vez el pasado de Polonia está
siendo manipulado con fines políticos
por la derecha ultranacionalistaEsta vez
la víctima es un museo de Gdansk, donde
cuatro historiadores de la institución
han denunciado al Gobierno por
distorsionar la Segunda Guerra MundialOs
explicaré cómo hemos llegado a este
punto.
https://www.eldiario.es/theguardian/Gobi
erno-Polonia-Segunda-Guerra-Mundial_0_94
3156537.html
Los populistas tratan el pasado como si
fuera comida rápida: van directos a lo
que les resulta más sabroso y
satisfactorio, dejando a un lado otra
comida que podría ser más saludable y
más nutritiva para todos. Pero el
estudio honesto de la historia no tiene
como objetivo el hacernos sentir bien.
Pensemos en el caso de la Segunda Guerra
Mundial y cómo, 80 años después de la
invasión de Polonia, en Gdansk se está
desarrollando una disputa por un museo
sobre la guerra.
Los ultraconservadores del partido
gobernante Ley y Justicia han
intervenido tanto en la narrativa que ha
adoptado el museo y su principal
exposición que cuatro historiadores
polacos que participaron en la creación
y lanzamiento de la institución no han
tenido más opción que acudir a los
tribunales.
Los tribunales no es el mejor sitio para
juzgar las lecciones de la historia.
Seguramente las universidades, las
academias, las bibliotecas y los museos
son mejores para este tipo de
debates.
Os explicaré cómo hemos llegado a este
punto.
El Museo de Gdansk sobre la Segunda
Guerra Mundial fue inaugurado en 2017 a
bombo y platillo. Su característica
singular y no tradicional iba a ser un
enfoque especial tanto en el contexto
global de la guerra como en el destino
de la población civil en medio del
sangriento conflicto. Tardaron ocho años
en armar la exposición principal. El
historiador estadounidense Timothy
Snyder dijo que el proyecto era una
"hazaña civilizacional" y "quizá el
museo dedicado a la Segunda Guerra
Mundial más ambicioso del planeta".
Pero los ultraconservadores, que habían
llegado al poder en las elecciones de
dos años antes no lo pudieron soportar,
ya que preferían una versión de los
acontecimientos que retocara la historia
real y glorificara a la nación.
Rápidamente, el Ministro de Cultura y
Patrimonio Nacional, Piotr GliDski, echó
al director del museo de Gdansk, PaweB
Machcewicz. El nuevo director, Karol
Nawrocki, se propuso modificar la
exposición principal sin consultar a los
autores. Esta revisión se realizó según
instrucciones del Gobierno para
enfatizar la glorificación de las
acciones del Ejército polaco y pintar a
Polonia como una nación honesta: el
museo sería un monumento al victimismo
nacional.
Por ejemplo, Nawrocki reemplazó un vídeo
de las experiencias de la población
civil en la guerra con otra filmación
totalmente diferente en la que se
incluyen afirmaciones que solo pueden
ser descritas como propaganda política:
frases como "nosotros salvamos a los
judíos", "damos vida en nombre de la
dignidad y la libertad", "fuimos
traicionados", "el Papa dio esperanzas
de triunfo", "los comunistas perdieron",
"nosotros ganamos" y "no suplicamos por
la libertad, sino que luchamos por
ella".
Esta es una reescritura populista de la
historia. Los historiadores populistas
le dicen a la gente -especialmente a
quienes han votado por ellos- lo que
quieren oír sobre el pasado. Para ellos,
recordar la guerra es un juego de suma
cero: es sobre ganadores y perdedores.
Les importan poco las complejidades y
mucho menos el reconocimiento de los
capítulos oscuros del pasado colectivo
de Polonia ¿Qué es lo que realmente
hemos aprendido del pasado? Viejas
fotografías de una Varsovia destruida me
recuerdan a las imágenes nuevas de otras
ciudades, como Alepo, que en tiempos
recientes han experimentado la
brutalidad de violentos ataques
militares. Con mayor razón debemos
recordar lo que sucedió en el pasado y a
aquellos que quedaron atrapados en el
horror.
Sin embargo, para los historiadores
populistas -no solo los polacos-, la
historia no es para aprender lecciones.
Es o bien un juguete para endulzar las
complejidades nacionales, o bien un arma
para asuntos exteriores (por ejemplo,
para las relaciones de Polonia con
Ucrania o con Israel).
Machcewicz, junto con los otros
historiadores fundadores del museo,
Janusz Marszalec, RafaB Wnuk y Piotr M
Majewski, respondieron con un
contundente "no". Han denunciado al
nuevo director del museo por violación
de sus derechos como autores del
contenido de la exposición y han
amenazado con frenar otros cambios en el
museo. Yo estoy totalmente de acuerdo
con Machcewicz, que describió esta saga
como "la disputa más importante sobre la
historia que se ha dado en Polonia en
los últimos años".
El caso, sobre el que aún deben dictar
sentencia los tribunales, es el primero
de este tipo en Polonia y probablemente
en Europa. No se me ocurre otro ejemplo
de una exposición montada por un museo
importante que haya sido censurada por
el Gobierno por prestar demasiada
atención a la población civil y por no
glorificar lo suficiente a la nación.
Pareciera algo más propio de la Rusia de
Putin que de un Estado miembro de la
Unión Europea.
El fallecido Leszek KoBakowski, uno de
los filósofos más importantes de
Polonia, escribió en su ensayo Doctor
Fausto: "Gracias al pasado aprendemos a
reconocer a nuestro alrededor los
rostros que han sido tocados por su peor
legado". Para mí, una joven polaca, esta
es la mejor definición del propósito del
estudio de la historia. No sorprende que
la censura comunista no le permitiera a
KoBakowski publicar esas palabras. Y
ahora, 30 años después del colapso del
régimen comunista en Polonia, otra vez
la historia es manipulada con fines
políticos. Es como si solo fuera
aceptable una versión de la historia:
aquella aprobada por un gobierno de
derechas que ha permitido innumerables
actos de retroceso democrático e
intentará ser reelegido el mes que
viene. Cualquiera que vea las cosas de
forma diferente es declarado enemigo
público.
Cuando comencé a investigar la disputa
por el Museo Gdansk, me pareció un buen
tema periodístico, especialmente porque
estudié historia en la universidad y es
algo que me apasiona. Pero de a poco se
fue convirtiendo en algo mucho más
personal: me di cuenta de que esto se
trataba de nuestros valores como
sociedad. Y debe ser un tema personal
para cualquiera a quien le importen el
pluralismo y el debate en libertad. Esta
es una batalla para impedir que la
historia sea escrita en blanco y negro,
para impedir que sea funcional a una
agenda política. Es una batalla por una
historia que nos inspire a establecer
relaciones entre el pasado y nuestro
mundo actual. Podrán parecer palabras
grandilocuentes. Pero esos cuatro
historiadores que han desafiado al
Gobierno están luchando por algo mayor
que el futuro de un museo. Esto tiene un
significado europeo. Nos atañe a
todos.
Estera Flieger es periodista del
periódico polaco Gazeta Wyborcza. | | Mor l'alcalde de la ciutat polonesa de
Gdansk apunyalat durant un acte benèfic | 2019-01-15 (2/3) - Pujat per WEBMASTER (Catalansalmon) - Comparteix
L'agressor ha pujat a l'escenari i ha
atacat el polític davant la mirada del
públic present
https://www.ara.cat/internacional/Apunya
len-alcalde-polonesa-Gdansk-solidari_0_2
161583914.html | | Apunyalat l'alcalde de la ciutat
polonesa de Gdansk en ple acte solidari | 2019-01-14 (3/3) - Pujat per WEBMASTER (Catalansalmon) - Comparteix
Un home ha apunyalat Pawel Adamowicz,
alcalde de Gdansk, aprofitant un acte
festiu per recollir diners per als
hospitals
https://www.ccma.cat/324/apunyalen-lalca
lde-de-la-ciutat-polonesa-de-gdanks-en-p
le-acte-solidari/noticia/2897498/
L'alcalde d'una de les ciutats més
importants de Polònia, Gdansk, ha estat
apunyalat en plena marató per recollir
diners per als hospitals. Una persona ha
saltat a l'escenari i ha clavat un
ganivet a Pawel Adamowicz. L'home està
detinguts i la polica investiga
l'agressió. L'alcalde està ingressat
greu i l'han hagut d'operar
d'urgència.
Adamowicz, de 53 anys, participava en un
acte de la Gran Orquestra de Gdansk en
què es recullen milions d'euros per
comprar material mèdic per als
hospitals. Quan era a l'escenari, enmig
de les celebracions, un home l'ha
assaltat i l'ha apunyalat. L'atacant ha
celebrat la seva acció davant el públic
amb crits d'"Adamowicz ha mort".
Ràpidament l'han reduït i està detingut. | |
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